El correo de los Estados Unidos ordena unos 10,000 "Electric Vehicles" para impulsar la electrificación automotriz

Pepe Forte 3 Mar 2023  Automanía - Univisión Radio

El USPS (el United States Postal Services, o simplemente en español, el correos norteamericano), de largo viene dando tumbos… Primero, hace décadas, la telefonía empezó a matar la costumbre de escribir y enviar y recibir cartas, de modo que al correos —que ésa era su esencia—, esa merma de sus funciones primordiales le afectó pero, desde los años 70, la entidad llenó ese hoyo con la entrega de publicidad a domicilio, y se convirtió en el vector para amortizar pagos, lo mismo de utilidades que de servicios financieros (como las tarjetas de crédito, cuyo uso se volvió galopante). Pero ocurre que, con el advenimiento de la Internet, esto también redujo el uso ciudadano del correos, cuyos débitos empezó a canalizar cibernéticamente, y por eso es que el servicio se ha visto en la necesidad de reducir horas de trabajo, además de que se acumulan quejas sobre su proverbial y antigua eficiencia. Por otro lado, en lo que a paquetería respecta, le hacen la competencia otros servicios como UPS y FedEx, además de que, por ejemplo, Amazon, ejecuta una gran parte de sus propias entregas. Por eso a veces, del correos de los EEUU, que sin duda ha sido toda una institución, seria, eficaz, precisa, hasta se ha escuchado que podría desaparecer…

Y en este panorama de dardos y cerbatana contra el correos, en esta etapa actual, se suman al ataque los altos precios de la gasolina y la inflación, que también impactan negativamente su desempeño, porque en lo que a transportación motorizada respecta, desde hace años basa sus entregas en los refunfuñones furgones Grumman LLV, que ya están viejos y no son precisamente un paradigma de eficiencia (los Grumman, tragones, hacen unas 8 millas por galón).

Los Grumman Long Life Vehicle (o Vehículo de Larga Vida, y de ahí lo de LLV), entraron en servicio en 1987, en sustitución de los veteranos Jeep DJ-5. Los Grumman son un pastiche ingenieril de chásis y motor GM (de los extintos vehículos de camioneta S-10 y la primera generación del SUV Blazer), con carrocería de la firma aeronáutica Grumman. Aunque resultaron muy confiables (sobre todo por el castigo que recibió —y aún recibe— su sistema de arranque pues el operario por seguridad debe apagar el vehículo al bajar de él para cada entrega), ya merecen un reemplazo. Por eso es que, en algunas áreas del país desde hace poco, hemos visto la sustitución de los Grumman por un más moderno panel, desarrollado por Oshkosh Defense.

Oshkosh es una firma norteamericana que sobre todo fabrica transportes militares; logró el contrato para fabricar el JLTV (Joint Light Tactical Vehicle), que sustituyó al Hummer de AM General.

Pero desde que el correos anunció que esta entidad había ganado la licitación para fabricarle los carros de entrega al servicio postal, algunos políticos de alto vuelo de los Estados Unidos dijeron que el contrato era fallido desde la cuna, porque el correos lo que debió hacer fue comenzar a enfocarse en una flota eléctrica, para satisfacer a la agenda verde. Cuando las críticas estallaron públicamente, el USPS sin embargo adujo que ya había firmado el contrato y que se quedaba con el arreglo con Oshkosh.

Como el chaparrón de críticas continuó imparable, ocurre que ahora el correo de los EEUU acaba de anunciar que ha ordenado puntualmente 9250 unidades del E-Transit, que es la versión eléctrica del furgón de reparto de Ford. De esta manera, el correo planea no sólo darle un espaldarazo de apoyo a la electrificación automotriz del país, sino “entrar en caja” en la perspectiva de lo políticamente correcto y, de paso, aplacar un poco la controversia en torno al contrato con Oshkosh.

El carro para el correos de Oshkosh, llamado por su sigla NGDV (que significa New Generación Delivery Vehicle), ha sido criticado no sólo por su aspecto estrambótico —caray, como si al ciudadano común le importara la estética del vehículo que le deja en casa lo mismo una citación para la corte que la cuenta de la electricidad—, sino porque, aunque es más eficiente que los sedientos Grumman, no lo es mucho más. Y he ahí, shakespeareanamente hablando, el dilema: El furgón de Oshkosh es sólo 0.4 millas por galón más eficiente que el Grumman. En dos palabras, la eficiencia del NGVD es de 8.6 mpg mientas que la del LLV, 8.2. Por eso la EPA le pidió al correos que pensara dos veces el contrato de miles de Oshkosh, pero la institución mandó a la agencia del gobierno a freír tusas. El correos se atrincheró en los argumentos de que el Oshkosh es ambientalmente más limpio y que también es un vehículo más seguro y, como ya apuntamos, más fácilmente explotable por el cartero.
El contrato con Oshkosh ascendió a $11.3 billones de dólares.

Este duelo de argumentos tuvo lugar hace ahora un año. No es que el correos le cerrase herméticamente la puerta a los EV’s, porque paralelamente planeaba en el momento de la firma rubricada más que con tinta, con gasolina, un 10% de ellos para su flota Y, en un gesto conciliatorio, USPS dijo luego que para este año 2023 planeaba agregar… 5 mil EV’s a su flota (la flota de los venerables Grumman era de 150 mil, y ésa es la sustitución de Oshkosh). Pero USPS sí se quedó con el contrato con Oshkosh, aduciendo que el nuevo vehículo había sido diseñado con las necesidades de la entrega, y que por eso tiene la forma que tiene, para optimizar el trabajo del cartero.

Si de verdad en algo se puede criticar al correos en esta decisión de empeñarse en el contrato con Oshkosh en vez de seguir el consejo de la EPA, es en su falta de visión, en su ceguera de futuro, porque todos los pronósticos indican que —no importa de qué lado esté cada quien respecto de los carros eléctricos, ya partidario o detractor— la electrificación automotriz del país es un hecho, va rápido, y sin duda se puede pronosticar desde ya que una parte sustancial de vehículos eléctricos en las calles y avenidas y carreteras y caminos de los Estados Unidos serán una pronta realidad, mientras que a resultas del contrato del correos con Oshkosh, que es de nada menos que de 10 años, esto nos dejaría una herencia del NGVD por 40 años. Pero no es 1987, cuando se pensó en la eternización de Grumman: en los próximos 40 años, en realidad habrá más vehículos eléctricos rodando, y menos de combustión circulando.

En todo este voltáico debate en que los liberales y los ecologistas han sentado al correos en la silla eléctrica, a la entidad, que batalla por sobrevivir (“éramos pocos, y parió Catana”, imaginamos que murmuran atribulados por los pasillos sus ejecutivos), lo último que le faltaba era enfrentar una batalla con la opinión pública, y por eso ha venido concediendo amperes: en diciembre del recientemente concluido año 2021, el USPS dejó detrás la citada cifra de cinco mil, y dijo que elevaría a 66 mil el número de furgones eléctricos a su brigada sobre ruedas, y por eso ahora, viniendo la información directamente del proveedor, de Ford, hemos sabido que el USPS ha ordenado 9250 E-Transits.

El Ford E-Transit —que vimos el año pasado en el auto show de Chicago—, es la versión eléctrica del Transit de motor de combustión interna, tiene una potencia de 266 HP (es más potente que el de gasolina, que produce 162), y una autonomía de 126 millas. El vehículo se hace en Kansas City, en Missouri, y el USPS espera que entren en servicio en diciembre de este año. Para recargar eléctricamente estos vans, el servicio postal de los Estados Unidos también ha ordenado 14 mil estaciones de carga rápida —aunque de segundo nivel de acuerdo con lo que apunta una fuente— para ser instaladas en las diversas facilidades del correo y, según la ubicación geográfica de las oficinas, tres distintos fabricantes suplirán estas “electro-bombas”.

Sorpresivamente (¿perro huevero...?), a pesar de esta compra eléctrica, el correos norteamericano no le ha vuelto totalmente la espalda a los vehículos de combustión interna y así como ahora sabemos que obtendría 9250 unidades eléctricas —en este caso de Ford—, obtendrá exactamente el mismo número de furgones de gasolina, o sea 9250, de Stellantis, léase 9250 Ram ProMasters, a pesar de que Stellantis también electrifica estos vehículos. Ignoramos si más tarde el USPS comprará E-ProMasters a Stellantis que, según informaciones preliminares, tiene más capacidad de carga y más autonomía que el E-Transit. ¿Y Oshkosh? Pues, ¡osh!, ¿kosh tú crees? Que se queda: no es nada difícil ignorar que en el mundo corporativo norteamericano —y también con tu vecino el del mortificante gallo madrugador— es mejor un mal arreglo que un buen pleito; asumir una demanda por ruptura de contrato siempre sale más caro que honrarlo, aún tragándose uno una bola de alfileres. Por nuestra parte, la verdad es que preferiríamos que el correos, para los fast deliveries, hiciese un contrato con el nuevo Corvette, lo cual sería muuuuuuuy rápido… ¡y se vería tan bonito con las deportivas franjas del U.S. Mail!
Pepe Forte